El día amaneció bien. Quedamos a las 6 y media de la mañana en el punto de reunión, los 6 caballeros andantes,
Jordi,
Bubí,
Peke,
Juanma,
Maku y yo.
Juanma trajo su furgoneta de hacer
ñapas (con
lolita incluida) y metimos todas las monturas dentro bien atadas. Nos ponemos en marcha hacía
Girona. Durante el largo camino en la
flagoneta nos nutrimos a base de galletas
Maria,
Principe,
barritas y
Ositos Lulu que nos
marcarián un antes y un después en nuestra visión de la vida.

La ruta planeada era la
Via verde de
Girona a
Olot (ida y vuelta), pero tras meditarlo un poco decidimos que empezaríamos la jornada a unos kilómetros de
Girona, en
Anglés. En la entrada anterior del blog ya puse información de la ruta, pero para los mas perros aquí tenéis el
link con información:
http://www.deandar.com/bicicletas/bicicleta-verde-girona
A rasgos básicos, la ruta consiste en 75km ida y vuelta, 623 metros de desnivel, nivel de dificultad medio y unas 6 horas de pedaleo.
El punto de partida esta justo al lado del
polideportivo del pueblo, así que si vais para allí y
preguntáis por él os será
fácil llegar. Una vez llegamos al punto de partida, nos ponemos el traje de luces y ponemos pies en polvorosa hacía
Olot.
El camino es un sendero estrecho en casi todo su recorrido, y casi todo transcurre por medio de bosque cerrado. Un paisaje fabuloso, aire puro, pajarillos y
tranquilidad a
cascoporro. Por el camino hicimos varias paradas para repostar y echar fotos.

Los 40 km
aprox que hay hasta llegar a
Olot son casi en su totalidad de subida. Solamente los 10 últimos
kilómetros son de bajada, la primera bajada que empieza en la
Vall d'en Bas (al ver la bajada piensas que luego la tendrás que subir y te entran los sudores fríos) y de ahí hasta llegar al mismo
Olot. Un tramo final relajado
después de unos cuantos kilómetros sin parar de dar pedales. En medio del tramo de bajada que hay hasta llegar a Les
Presses hay un restaurante
pequeñito que estaba aún cerrado cuando pasamos, pero que nos
dió buenas vibraciones por el olor que salía de su interior.
Una vez en
Olot nos
dispusimos a buscar un sitio para comer. El reloj ya marca las 13:00.
Jordi comentó que conocia un sitio en el que comieron la última vez que hizo la
via, pero nos recomiendó no ir ya que al parecer la comida no era para tirar cohetes.

Preguntamos a un par de personas y nos dieron algunas indicaciones sobre sobre donde ir, pero acabamos dando un rodeo tan
heavy que fuimos a parar al bar donde fue
Jordi (el típico bar de dominó profesional). Dispuestos al desastre nos pedimos unos platos combinados,
all-i-
oli, refrescos/
birras,
café y
chupito....y vamos, que al final nos pusimos como las Grecas. La comida no era para hacer una fiesta, pero no comimos mal y con el
cachondeito suplimos las carencias de una camarera a la que le faltaban un par de primaveras.

Sobres las 15:30
aprox nos pusimos en marcha de nuevo hacía
Anglés, pero con un cielo que daba miedo ver. A los pocos
kilometros de salir nos empiezaban a caer gotitas de lluvia. Justo cuando llegamos al restaurante chiquitín que vimos durante la bajada, que por cierto estaba mas abarrotado que la plaza que siempre mencionaban los del
Duo Sacapuntas, empezó a caer la lluvia con mas fuerza. Decidimos enfundamos los chubasqueros, los que lo llevamos, y los otros entran al bar a pedir bolsas de basura y con un par de remiendos fabricamos chubasqueros caseros.

Justo cuando acabamos la subida (que no se hizo tan dura como parecía), empezamos con los 30km de bajada que nos quedan hasta llegar a la
furgo. Llovía sin parar, pero por suerte una lluvia fina no muy molesta. Justo al llegar al siguiente pueblo, cuando quedan unos 15km
aprox. según dicen los entendidos (1 hora por lo que marcaba el
GPS ultrasónico), las finas gotas de lluvia se convirtieron en
gotazas y empezó a apretar. Nos dío el tiempo justo de refugiarnos bajo un techado que había en la plaza del pueblo donde estaba la banda tocando música típica de la zona (con los clarinetes afónicos esos). La que empezó a caer del cielo no fue precisamente una tormentilla tropical. Todos los de la banda salen por piernas. Llovía hasta debajo del techado. Nos faltaban dos espartanos en el grupo,
Peke, al que logramos hacer señas cobijados bajo el techado para que frenara y se resguardara con nosotros y
Juanma que no nos
vió y
siguío recto para perderse bajo la lluvia.
El agua ya cubría mas de un palmo de rueda de las bicicletas.
Pensando que ya habíamos perdido a
Juanma y que minutos después estaría flotando en
algun charco de las calles del pueblo, conseguimos hablar con el por teléfono. Al parecer se había resguardado bajo algún saliente.

Una vez aflojó, fuimos en su
busqueda y nos reunimos todos de nuevo. Unos votaban por seguir por la carretera (que ya escampaba
decian los muy cachondos), pero finalmente continuamos por los caminos de tierra, los mismos por los que vinimos. A tramos el camino estaba oculto bajo un manto de agua que caía desde los laterales del camino como si fueran cascadas, todo un espectáculo húmedo para nuestros pies.
Por suerte nadie se cayó durante todo el trayecto y pudimos llegar, después de 1 hora sideral, de nuevo al
polideportivo de
Anglés. Pese a la vestimenta de la pandilla basura, llegamos todos bien empapados, pero contentos por haber pasado un buen día con la mejor
compañia.
Volveremos, pero la próxima con una barca
inchable.
Os dejo el link del albúm de fotos de la salida en buena resolución:
Fotos